Forzar la regeneración del filtro de partículas, ¿es bueno o malo?
Los DPF ayudan a reducir las emisiones y capturar partículas dañinas y el hollín evitando que se liberen a la atmósfera.
Para evitar que los DPF se obstruyan, deben pasar por unos ciclos de regeneración cada cierto tiempo para quemar de forma segura las partículas y retener el hollín hasta el próximo ciclo de regeneración.
Cuando el vehículo está generando más hollín de lo normal o la cerámica del DPF está en mal estado, el ciclo de regeneración es más corto, incluso con el tiempo puede llegarse a tener que forzar una regeneración si se obstruye demasiado.
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¿Qué es la regeneración del filtro de partículas?
Los filtros de partículas están diseñados para contener en su interior las partículas nocivas y para ser capaces de regenerarse cada cierto tiempo.
Este proceso de llenado, limpieza y vaciado se llama regeneración del filtro de partículas.
El hollín creado por el proceso de combustión del vehículo, se retiene en la cerámica del DPF para posteriormente quemarse, evitando que el DPF se bloquee y pueda seguir atrapando más hollín.
Para realizar esta regeneración, el filtro de partículas diésel debe alcanzar temperaturas elevadas.
Cuando un DPF alcanza un nivel de llenado de partículas (PM) predeterminado (alrededor del 40%), la ECU activará el proceso de regeneración, que puede inyectar hasta ocho veces más combustible por carrera, una tasa que se necesita para producir temperaturas alrededor de los 500 ºC.
Hay dos tipos de regeneraciones para conseguir esto: regeneración activa o regeneración pasiva, aunque algunos motores usan una combinación de ambos.
Regeneración pasiva del filtro de partículas
La regeneración pasiva del filtro de partículas se produce cuando conduce durante mucho tiempo a altas velocidades y en el sistema de escape se consiguen alcanzar muy altas temperaturas.
Conducir a 110 km/h o más durante un tiempo calentará el escape lo suficiente como para quemar las partículas de hollín que han quedado atrapadas por el DPF.
Regeneración activa del filtro de partículas
Debido a que los conductores en muchas ocasiones no circulan por autopistas o vías de alta velocidad, los fabricantes idearon la regeneración activa.
La regeneración activa del filtro de partículas se produce cuando el nivel de hollín en el DPF está entorno al 40-45 % de su capacidad.
Cuando el hollín llega a este porcentaje, se inyecta combustible de poscombustión para aumentar la temperatura en el escape.
De esta forma, se consigue, incluso si el vehículo no está circulando a alta velocidad, que el sistema de escape se caliente lo suficiente para quemar el hollín del DPF y realizar la regeneración.
¿Dónde está el problema?
Cuando se para el vehículo antes de terminar la regeneración, puede que salga una advertencia en el tablero.
Si no se conduce durante 15 minutos más aproximadamente, la regeneración se interrumpe y eso no es bueno.
Cuando esto sucede varias veces, el hollín se va acumulando más y más hasta llegar a altos niveles de saturación.
¿Cuándo no puede realizarse la regeneración?
Hay algunas causas por la que la regeneración puede no llegar a producirse:
La luz de gestión del motor se ilumina ante cualquier avería.
Hay menos de 20 litros de combustible en el tanque de combustible o la luz de combustible está encendida.
Los sensores de presión no funcionan correctamente.
Las tuberías del sensor de presión están dañadas: compruebe si hay degradación debajo del blindaje térmico.
El sistema EGR no funciona correctamente.
El aceite del motor es de la especificación incorrecta para el vehículo; debe ser de grado bajo en cenizas.
El nivel de aditivo de combustible, es demasiado bajo.
Forzar la regeneración del filtro de partículas
Para llevar a cabo una regeneración del filtro de partículas de forma forzada, hay que utilizar un scanner de diagnosis.
El proceso de regeneración forzada puede durar hasta 30 minutos.
Los DPF requieren más mantenimiento que los catalizadores.
Las cenizas procedentes del aceite del motor se van acumulando en las paredes internas de la cerámica y en los poros.
Esto aumenta las presiones en el DPF y si se obstruye, puede dañar incluso el motor.
Por lo tanto, la capacidad de regeneración del DPF es vital para evitar averías en otros sistemas.
Al instalar un nuevo DPF, la ECU debe reiniciarse para que el sistema sepa que lo valores son los de un DPF nuevo y no vuelva a saltar el aviso de avería.
Entonces, ¿es bueno forzar la regeneración del DPF?
A veces sí, a veces no.
Depende del estado de saturación del DPF puede ser adecuado o no.
Cuando se llegan a altas saturaciones y se eleva mucho la temperatura, puede que el material retenido en el interior se expanda y fracture la cerámica y eche a perder el filtro de partículas.
Esto se debe a que no solo se acumula hollín, también se van acumulando cenizas procedentes de los aceites y del desgaste de los propios componentes.
La ceniza, aunque se haga el proceso de combustión durante las regeneraciones, no se elimina y va saturando el DPF.
Por ello, para eliminar esta ceniza hay que limpiar el filtro de partículas con una máquina con la que se saque la ceniza y el hollín y las paredes internas queden con su capacidad de filtración como nuevas.
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